¿Cómo elegir unas zapatillas de Running?
Antes de ir a la tienda, lo primero que tienes que saber son tus características físicas, por ejemplo: el peso, las lesiones (si es que tienes o las que has tenido en el pasado), la altura del arco de tu pie, tu flexibilidad, estado de forma, etc.
Las zapatillas tienen unos rangos de peso recomendado. Por ejemplo si pesas 70 kg, podrás utilizar zapatillas algo más ligeras, flexibles, con amortiguación más blanda… No porque una zapatilla sea top en su gama (o la más cara), va a ser la mejor opción o la más cómoda.
Las lesiones que has tenido es otro factor importante. Así como hay múltiples tipos de lesiones, hay múltiples opciones de zapatillas acordes a esa lesión, por ejemplo:
Fascitis plantar, hay que buscar modelos que te den algo de apoyo en la zona del arco.
Sobrecargas en los sóleos y gastrocnemios, buscaría unas zapatillas no demasiado blandas y con un drop clásico de 10 ó 12 mm (drop:diferencia de altura que hay entre el talón y la puntera).
Torceduras o molestias en ligamentos de tobillo o rodilla debes buscar zapatillas estables… Para cada lesión hay unas características concretas que ciertos modelos poseen y que, aunque no te solucionen el problema, sí contribuirán apaliarlo en mayor o menor medida.
El arco del pie es algo fundamental. Debes saber qué altura de arco tienes, y lo puedes averiguar a través de una prueba muy básica que consiste en mojarse la planta del pie y dejar la huella en un papel. Dependiendo del tipo de huella, puedes hacerte una idea del arco que tienes y, aunque es un remedio casero orientativo (lo ideal es un estudio podológico), sirve para -al menos- acotar la búsqueda de modelos que te pueden ser útiles. Además de la altura, también es importante conocer la flexibilidad. Una persona con arco bajo no debería comprar zapatillas con arco marcado, al igual que una persona con arco alto no debería valorar un arco bajo (salvo en algunas ocasiones muy concretas). Esta característica, unida al tipo de pisada que se posea, va a ser uno de los factores más importantes que determinarán el éxito de tu elección.
Conoce tu tipo de pisada
Flexibilidad y estado de forma, ambas características pueden valer también para seleccionar o decidirte por unos modelos sobre otros. Cuanta menor flexibilidad y peor estado de forma, peor suele ser la técnica de carrera y, por tanto, el drop más alto y la mayor amortiguación y estabilidad van a ser mejores para este tipo de corredores.
Cuando se tiene una forma física apropiada, sobre todo adquirida por el hábito continuado de correr y el trabajo de musculación y flexibilidad en un gimnasio, el cuerpo está más preparado para el uso de calzado con menor drop, más ligero y más flexible, básicamente está mejor predispuesto para poder ser más eficiente. En este caso, podríamos valorar calzado menos amortiguado y con menor drop.
El tipo de pie es un dato complementario pero que puede ahorrar incomodidades y roces:
Griego (el 2º dedo es más largo que el dedo gordo).
Pie Egipcio (el más común, donde el dedo gordo es el más largo).
Polinesio o Cuadrado (donde la mayoría de los dedos tienen una longitud similar). Cada zapatilla tiene una puntera diferente, las hay más redondeadas o más afiladas. Estas formas, unidas a la anchura que tenga la zapatilla, pueden proporcionar unas sensaciones muy confortables o hacer que no puedas ni caminar, hay que encontrar la zapatilla que por forma y anchura se adapte a tu pie.
Siempre hay que dejar la anchura de un dedo de la mano entre el dedo más largo del pie y la puntera de la zapatilla. Cuando buscas zapatillas para correr, al menos, 6 km, siempre tienes que dejar ese espacio vacío. Aunque de toda la vida nuestras madres nos han metido en la cabeza que el pie tiene que llegar casi a la puntera, esto no es así, el pie se hincha al correr hasta un 7% y, si los dedos te rozan en la puntera, la aparición de ampollas y uñas negras es solo cuestión de tiempo. Dejando espacio suficiente, evitarás estos problemas.
¿Qué uso les vas a dar?
Si corres por asfalto, por lo general se agradece más una amortiguación más blanda y la estabilidad es menos importante.
Correr por el parque, la estabilidad va ganando importancia, se valora que la zapatilla agarre mejor y la amortiguación no es tan fundamental ya que el terreno amortigua más que el asfalto.
En montaña tenemos calzado de trail que por tracción, protección y estabilidad está mucho más adaptado a esos terrenos y que, en cambio, no funciona bien en asfalto.
Si corres de noche o a primera hora, también hay modelos adaptados para garantizar la visibilidad. Muchas marcas tienen colores especiales como el Pack Lite de Asics, el Vizipro de Saucony o el Night Life de Brooks.
Si eres uno de esos corredores que solo utiliza un par de zapatillas, entonces buscaría modelos con tecnologías resistentes al estrés. Las zapatillas necesitan “descansar” entre 24 y 36 horas entre entrenamientos. Cuando se usan a diario, no recuperan lo suficiente y van perdiendo propiedades, lo que lleva a un desgaste prematuro de la mediasuela y de las capacidades de amortiguación. Por ello, si las vas a usar para todo y sin recambios ni rotación, intentaría buscar algún compuesto como el Boost de Adidas, el Micro G de Under Armour o sistemas mecánicos como el Blade de K-Swiss o el Wave de Mizuno, aunque otros como el Gel de Asics o el Air de Nike no se quedan muy atrás, pero los anteriores destacan en su capacidad de resistencia al estrés.